Cáceres, España, 1963
Paisajes hiperbólicos.
Hipérbole: Figura retórica de pensamiento que consiste en aumentar o disminuir de forma exagerada lo que se dice.
"Estos paisajes se llaman hiperbólicos por razones obvias. Son paisajes exagerados, exacerbados con grandes empastes de óleo y con una pretensión casi escultórica. Las raíces son fundamentalmente expresionistas y en los horizontes únicamente sobraría la línea del horizonte para llegar a la abstracción pura. En esta línea del horizonte cielo y tierra se contaminan mutuamente, de forma que resulta imposible discernir donde comienza uno y donde finaliza otra. Busco o, por lo menos lo intento, no hacer una representación al uso académico de un paisaje, sino transmitir la emoción que produce su contemplación o recuerdo. Por eso es un tipo de pintura que quiere apelar directamente a la emoción, a ese resorte que casi siempre permanece dormido y que escapa a nuestro control.
Esos paisajes mutan hacia un lenguaje distinto y emocional. Mi pretensión es que el espectador al contemplarlos sienta que revive un conjunto de emociones y sensaciones de algún recuerdo que flota o reside cobijado en algún pliegue ignoto de ese inmenso cajón que conforma la memoria. Se trata de pintura-pintura, visceral y primigenia sin más pretensión.
Cuando pinto no busco hacer una copia de la realidad. Muy al contrario, lo que pretendo es representar un reflejo paralelo donde los paisajes son evocados, intuidos o aprehendidos de la fragilidad de un recuerdo o de un instante. Una especie de flash emocional donde la memoria recupera un paisaje como una ensoñación, como un chispazo originado por un leve archivo de memoria que pulula por nuestra cabeza y que a veces quiere cobrar vida de nuevo. Por eso no se parecen a la realidad, ni falta que les hace".